¿Cómo te comes un elefante?

¿Cómo te puedes comer un elefante?

Hamburguesa a hamburguesa.

¿Y cuánto tardarías en comértelo?

Depende, vamos a hacer unos cálculos.

El elefante africano suele pesar de media entre 4.000 y 7.000 kilos.

¡De 4 a 7 toneladas! Que se dice pronto…

Algunos machos pueden llegar a pesar hasta 10.000 kilos, pero no nos flipemos.

Utilizaremos un elefante africano promedio: 6.000 kilos.

Obviamente no todo el peso del elefante es aprovechable.

Generalmente, en animales grandes, el 50 % del peso es carne comestible.

Así que calcularemos 3.000 kilos útiles.

Si cada hamburguesa pesara 200 gramos, que es el tamaño estándar grande, saldrían de ahí 15.000 hamburguesas.

Pero, ¿cuánto come una persona al día?

Una persona promedio consume entre 1,5 y 2 kg de alimentos al día.

Contando todo: proteína, vegetales, frutas, cereales, etc.

Pero si llevara una dieta carnívora exclusiva, consumiría un máximo de 1 kg de carne al día.

Es decir, se comería 5 hamburguesas de 200 gramos al día.

Por tanto, 3.000 kg de carne divididos entre 1 kg consumido al día resultarían en 3.000 días.

Es decir, tardaría 8,2 años.

Peeeeeeeroooo, no todo el mundo sería capaz de llevar una dieta carnívora estricta durante más de 8 años.

Así que supongamos que quiere comer otras cosas y solo consume una hamburguesa al día.

Entonces tardaría 15.000 días, es decir, más de 41 años.

Con nuestro camino espiritual ocurre lo mismo.

Cargamos con heridas, traumas y memorias heredadas que nos pesan como un elefante.

Y querríamos sanar de golpe, pero eso es imposible.

No lo podemos digerir.

De hecho, si tuvieras un despertar espiritual de golpe, te pegarías una indigestión.

Es lo que se denomina Emergencia Espiritual.

Este término fue acuñado por Stanislav y Christina Grof, pioneros en el estudio de los estados de conciencia.

En este proceso profundo e intenso, la persona atraviesa una crisis de conciencia tan radical que todo su sistema se derrumba.

El problema es que se disuelven las estructuras psíquicas antiguas (ego, identidad, creencias) sin que haya todavía una nueva estructura que las reemplace.

Así que la persona sufre una serie de síntomas que lo incapacitan por completo:

pérdida de sentido con respecto a la vida

no se reconoce a sí mismo

hipersensibilidad a estímulos, emociones u otras personas

percepción del tiempo distorsionada

miedo existencial profundo

visiones o intuiciones intensas

temblores, palpitaciones, corrientes de energía en el cuerpo…

Todo esto impide que puedan funcionar como antes.

Ni en el trabajo, ni en las relaciones, ni en las rutinas.

El sistema nervioso puede saturarse, colapsar o hiperactivarse.

La mente no puede controlar el proceso, y cualquier intento de negar el proceso o volver a la normalidad puede ser incluso peligroso.

Conocemos a varias personas que las han sufrido y no se lo recomendamos a nadie.

Es por ello que nosotros recomendamos dar pasos firmes en el camino espiritual:

Sintiendo el cuerpo, sensación a sensación.

Sin prisa, pero sin pausa.

No queremos atracones, queremos digestiones placenteras.

Ninguno sabemos el tamaño de nuestro elefante emocional.

Así que cada uno debe regularse en la medida de sus capacidades y posibilidades.

Si no eres capaz de digerir más de una hamburguesa al día, no te fuerces.

Deja ir un aspecto importante al día y entrena tu capacidad.

Con el entrenamiento diario, tu capacidad de digerir aumentará y podrás dejar ir más y más aspectos.

Por eso hemos creado el programa de 90 días: para que fortalezcas el músculo y cada hamburguesa emocional se digiera cada vez con más rapidez.

¿Cuánto tardaremos en sanar?

Tardaremos lo que haga falta.

Lo que sí sé, es que cuanto más entreno y más dejo ir, el elefante es cada vez menor.

El éxito es inevitable.

Con amor, Sara y Eduardo