Lo que nadie te cuenta sobre las heridas que siguen dañando tu relación…

¿Te ha pasado alguna vez que un detalle mínimo de tu pareja te destroza por dentro? 💔

Todos tenemos esos pequeños detonantes emocionales que nos tocan el alma.

A veces, es una palabra dicha en el momento menos esperado, un silencio que duele, una acción que se siente como rechazo o, peor aún, algo que nuestra pareja no hace y que nos deja rotos.

Es como si una parte de ti gritara por dentro, y sé lo desgarrador que es…

Porque Eduardo y yo también lo vivimos.

Cada vez que Eduardo roza una de mis heridas, me siento como si algo dentro de mí se rompiera.

Sé que no lo hace a propósito ; ni siquiera se da cuenta de que está ahí.

Pero, en esos momentos, hay una parte en mi ser que lo siente como un ataque completamente consciente y malintencionado. 😣

En ese momento odio a Eduardo con todas mis fuerzas.

Lo último que quiero es estar con él y me invade esa necesidad de protegerme, de alejarme de él.

Pero, a lo largo de los años, hemos aprendido a atravesar estos momentos juntos.

Eduardo, con esa calma que tiene, me guía para salir de ese huracán emocional en el que caigo.

Aun así, no es un camino fácil:

mi ego herido se resiste con uñas y dientes, buscando cualquier excusa para defenderse y atacar.

Él lo sabe, y aun así permanece ahí.

Porque tiene una certeza:

“Nunca estamos disgustados por la razón que creemos.”

En nuestra experiencia, tanto en nuestra relación como ayudando a otras parejas, hemos descubierto una verdad constante:

el dolor nunca viene realmente del comportamiento de nuestra pareja.

Siempre, en el fondo, hay una herida del pasado que sigue viva y busca sanarse.

Y cuando llegamos a esa raíz, ocurre algo hermoso:

  • Lo que antes nos dolía tanto, deja de afectarnos.

  • Aprendemos a responder con calma y sabiduría, sin reacciones impulsivas.

  • Y, como por arte de magia, las personas a nuestro alrededor comienzan a tratarnos con más amor y respeto.

No es magia; es algo que hemos visto ocurrir una y otra vez, hasta convertirlo en la razón de nuestro trabajo.

Nos apasiona ayudar a las personas a sanar esas heridas

para que puedan construir relaciones llenas de paz y amor.

Cada vez que escuchamos a alguien compartir su dolor, la pregunta que nos surge es:

“¿Qué estará necesitando ver en su espejo para sanar?”

Porque, al final, una relación es eso: el reflejo de nuestras partes más profundas y vulnerables.🪞

¿Te ha resonado esta reflexión?

Suscríbete para recibir contenido exclusivo y profundizar en estrategias para transformar tus heridas emocionales en crecimiento personal.

La Newsletter A La Que Tu Ego No Quiere Que Te Suscribas

Una pequeña dosis diaria de humor, verdad y conciencia para recordarte que tus relaciones son la vía más directa ver y sanar tus heridas.

Actualizas preferencias cookies